«Hoy mismo quiero aprender a leer; mañana, a escribir, y pasado, las cuentas», tal era el plan de estudios que tenía en mente Pinocho. Pero, como sabemos, siempre se le presentaba alguna «urgencia» que le impedía llegar a la escuela: idas al teatro, excursiones, apuestas, nuevos amigos, el País de los Juguetes… Nada de cuentas para él, una educación de cuentos, irresistibles, mejores que las planas y las efemérides.

Jugar y escribir para ejercitar el músculo de la ensoñación y el deseo de asombro. Esa es la propuesta de esta entrada.

Observa lo que hay fuera y dentro de ti, escribe una historia de terror de la A a la Z, ¿sabes cuáles son los libros que leen tus papás?, arma una licuadora de historias, ¿cómo se llamarán los libros que escribirás un día?, cuenta una foto, ¡escribe lo peor posible! ¿y si tu vida dependiera de que no dejaras de escribir? 10 juegos de escritura para empezar tu camino de escritor (sin importar en qué galaxia ande tu cabeza). Ilustrados por los Guardabosques, los miembros del Consejo Editorial Juvenil de Linternas y bosques

Estas es la segunda entrega de la nueva serie de entradas: ¡Quiero escribir! Aquí la primera


1. OBSERVADOR PROFESIONAL DEL DÍA

Janeth Silva Cruz

Realiza este ejercicio a lo largo de un día completo. La idea es que escribas en un cuaderno textos cortos con todo lo que veas a tu alrededor y mientras alumbre el sol. Propónte escribir por lo menos un texto cada hora.

Puedes hacer inventarios de lo que ves: listas de animales, plantas, sonidos, personas, cosas verdes, cosas redondas (incluida la panza de tu papá), cosas de las que no sabes el nombre; puedes hacer descripciones de todo lo que te parezca curioso, extraño y diferente; intenta dedicar algún momento a contemplar largamente una escena y vela describiendo como si fueras un retratista, ¡se lo más fiel posible!, luego prueba volver a describir la escena incorporando elementos fantásticos; también puedes hacer un registro de cómo cambia un mismo lugar a lo largo del día: desde la cocina de tu casa hasta el parque de enfrente, ¿cambia la luz y el color, los personajes, la gente que anda afuera?  

¿Cuántos textos tienes al final del día? ¿Cuál es tu texto favorito? ¿Ese texto también fue tu momento favorito del día o sólo te gustó más cómo lo escribiste? ¿Hay algún momento que fue mejor en vivo que en tu texto? Léelos a alguien más, reléelos para ti, como si fuera el balance escrito de tu día. ¿Hay alguna historia ahí que te imaginas que podría continuar?

¿Y QUÉ TAL SI…?

¿Te animas a hacer un observador profesional de la noche? ¿de tus sueños y pesadillas? 

 

2. DENTRO DE MÍ HAY…

Axel Uriel González

¡Un universo! Escribe una poesía o una prosa poética en la que narres el interior de tu cuerpo. Entra por tu propia boca y describe qué ves. Haz un recorrido por tus órganos, tus huesos, músculos, venas y todo lo que te conforma por dentro. Puedes inventar a un personaje que lo describe todo como si estuviera dando un tour: «Acompáñenme al interior del cuerpo de…» Puedes hablar en primera persona: «Resbalo por mi lengua y caigo en el pozo rojo de mi garganta…». Puedes mezclar ciencia y poesía: lo que anatómicamente hay dentro de tu cuerpo pero también lo que hay anímicamente: tus ilusiones, tus deseos, tus miedos, tus tristezas… y hasta elementos ficticios. No tienes que ser exacto en nada, puedes inventar como prefieras ese interior e incluso afirmar que tienes dos corazones (pero dinos, ¿por qué?). Describe qué sensaciones experimentas, qué es lo que ves, qué sabes que hay dentro de ti o cómo te imaginas que luce tu interior, ¿te surgen preguntas? Escríbelas también.

Luego contrástalo con lo que escribieron tus amigos. ¿Qué tan distinto es el interior de tu cuerpo del de los demás?

Te sugerimos que lo escribas con un registro poético. Si es poesía tendría que estar escrita en verso, es decir, a renglón cortado, aunque no necesariamente tienes que hacerlo en rima, puede ser en verso libre. El verso libre es una aproximación más moderna a la poesía. Las palabras no tienen que sonar parecido, pero sí debes encontrar algún ritmo, una música que a ti te suene bien, que sientas que fluye. O puedes escribirlo en prosa poética, es decir, a renglón seguido. Lo que lo hace poesía es la forma en que utilices las palabras, con metáforas, comparaciones, detalles que denoten tu asombro, el misterio, tus preguntas…

¿Y QUÉ TAL SI…?

Si sumas este ejercicio con el anterior, te puede dar la pauta para que empieces a escribir un DIARIO. Seguro has escuchado hablar de los diarios. En ellos hombres y mujeres desde hace siglos acostumbran escribir las cosas que les suceden cada día. Y así van escribiendo su propia historia. ¿Te imaginas que cuando tengas 25 años leas lo que escribiste cuando tenías 10 o cuando tengas 50 lo que escribiste cuando tenías 19? La memoria no puede retenerlo todo, la escritura mucho más.

 

3. LICUADORA DE HISTORIAS

Áurea Xaydé Esquivel Flores

Completa el siguiente listado de ingredientes respondiendo sólo con una palabra:

– Algo que te haga reír:
– Algo que te moleste:
– Algo que no entiendas:
– Algo que entiendas muy bien:
– Una palabra que empiece con Z:
– Una palabra que empiece con A:
– Algo lejano:
– Algo cercano:
– El nombre de un amigo o amiga:
– Un lugar al que te gustaría ir:
– Un lugar cerca de ti:
– Algo eterno:
– Algo efímero:
-Algo extraterrestre:

Ahora escribe una historia en la menciones cada una de las palabras de arriba, tienes que incluirlas todas. No importa el orden, las puedes repetir y revolver como quieras. 

¿Eres experto en contar historias? ¿Mayor grado de dificultad? Escribe cada palabra en un papelito y mételas en un sombrero o en tazón, revuélvelas y ve sacándolas una por una: ese será el orden en el que deban aparecer en tu historia y no se vale repetirlas. Recuerda la estructura básica para construir una historia: un personaje + que desea algo + algo o alguien se lo impide.

¿Y QUÉ TAL SI…?

Haces tu propia lista de ingredientes o le pides a tu abuelita que ella la haga. ¿Qué tipo de historia saldrá ahora?

 

4. LOS LIBROS DE TUS PAPÁS

Axel Uriel González

Mira los libros que leen tus papás. Fíjate en la portada: ¿de qué crees que trata sólo con leer el título y ver la imagen? ¿Será una historia feliz o trágica? ¿En qué terminará? ¡No vale mirar la contraportada(todavía)! Escribe en un pequeño párrafo una reseña del libro. Es decir: cuéntanos de qué (crees que) trata, quiénes son los protagonistas y qué quieren lograr, pero ¡¿qué se los impide?! ¿Qué tipo de historia es? ¿A qué tipo de papá o mamá podría gustarle? Después, ¡ahora sí!, lee la contraportada del libro y fíjate qué tanto te acercaste. Puedes preguntarte: ¿qué historia te gusta más: la que imaginaste tú o la del libro?

Puedes jugar con amigos. Gana el que se acerque más al argumento real del libro… O quizás… ¿el que se acerque menos y haya pensado en lo más disparatado? Pueden hacer varias rondas. Y también el ejercicio al inversa: ¡Invita a tus papás a imaginar las historias de tus libros!

¿Y QUÉ TAL SI…?

Si estás un poco «bloqueado», se vale una sola cosa: leer el primer párrafo del libro… (si tus papás están distraídos y la historia está buena sigue un poco más). Puedes probar hacer lo mismo con los libros de tus hermanos mayores

 

5. UN DÍA ESCRIBIRÉ UN LIBRO QUE LLAMADO… 

Michelle Fonseca

Piensa en 5 títulos de libros que te gustaría escribir algún día, lo más atractivos posibles. ¿Qué podría intrigar a otros lectores? ¿Qué te intriga a ti? Puedes inventar el nombre de una historia de terror o un cuento de superhéroes o un poema sobre una flor encantada o una aventura submarina. O puede ser que inventes el nombre de una nueva saga de vampiros o una nueva novela de amor prohibido. También podrías pensar nombres de enciclopedias de cosas imposibles o diccionarios de seres fantásticos. Busca en la biblioteca más cercana (puede ser la de tu casa) títulos de libros para inspirarte.

Luego puedes escribir en un par de líneas de qué tratará. Este es un ejercicio que hacen muchos escritores profesionales.

Una variante divertida es cambiar el título de cinco libros que ya existan: La peor cebolla del mundo, Donde viven los piojos, Los juegos del parque… O elegir los títulos de 10 libros y combinarlos entre sí: El laberinto de la selva, Las ventajas de ser Frankenstein, El jardín secreto y las reliquias de la muerte, Moby Dick en el País de las Maravillas, El rey Arturo en la máquina del tiempo, El libro salvaje de Drácula… ¿Qué quieres provocar con tu título? ¿Miedo, curiosidad, risa? Y ¿qué se te ocurre para: Cien años de…, La vuelta al mundo en…, Charlie y la fábrica de…, Cuentos de amor, locura y…, El maravilloso mago de…, ?

Después de escribir estos títulos, ¿te imaginas nuevas historias? ¿Te gustaría intentar escribir alguna?

¿Y QUÉ TAL SI…?

¿Y si haces un dibujo que ilustre cada uno de tus títulos? ¿La portada del libro con todo y contraportada? Tienes tiempo para ir escribiendo la historia que contenga… un día quizá la termines.

 

666. ABECEDARIO DEL TERROR

Frann Peraza

Escribe una historia corta de terror donde cada oración empiece con una letra del alfabeto, en orden consecutivo, de la A a la Z.

Ejemplo: Ana abre la puerta de su casa. Bosteza antes de salir. Camina hacia el metro, un poco nerviosa, pero sin detenerse. Debe llegar a tiempo, va a conseguirlo, tiene que conseguirlo si no quiere que la criatura…

¿Y QUÉ TAL SI…?

¿La pesadilla de tu personaje no termina ahí? Continúa la historia y recorre el camino de terror de vuelta, ahora de la Z a la A.

 

7. CUÉNTAME UNA FOTO

Janeth Silva Cruz

Escribe una historia de por lo menos dos páginas que narre con el mayor detalle posible una fotografía que tengas en el álbum familiar en tu casa. La intención es que por medio de la descripción, minuciosa y exhaustiva, logres que el lector se imagine la fotografía que estás describiendo. Puedes leerla a un compañero o a un grupo y que cada uno vaya dibujando lo que escucha. Al final muestra la foto y vean cuál se parece más. Este ejercicio nos recuerda como toda escritura es polisémica.

Las descripciones minuciosas o “retratos hablados”, se pueden aplicar en muchas situaciones: describir un lugar, una persona, una escena de acción, pero te recomendamos partir de imágenes “contenidas”, es decir, fotografías, pinturas, ilustraciones en libros, para enmarcar bien la descripción.

¿Y QUÉ TAL SI…?

¿Y si ahora nos cuentas una selfie? Algo así como escribir un autorretrato?

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8. CON UNA Y CON OTRO

Áurea Xaydé Esquivel Flores

Si eres diestro, escribe una historia de una página con la mano izquierda. Si eres zurdo, escríbela con la derecha. ¿Consigues concentrarte lo suficiente como para escribir?

Y ahora lee un cuento completo o una poesía con un solo ojo. Cada vez que te dispongas a leer, ponte un parche en uno de los dos ojos y lee con el otro. El ejercicio busca hacer evidente cómo cambia la percepción de los vemos (y leemos) cuando las condiciones “normales” se alteran de alguna manera. ¿Logras concentrarte en la historia? ¿Qué pasa con tu atención? ¿Qué cosas nuevas notas?

¿Y QUÉ TAL SI…?

Escribes con música a todo volumen o escribes mientras te está regañando tu papá (dile que estás tomando nota de sus observaciones) ¿O si escribes mientras le pides a tu hermanito que te haga un masaje en los pies (se vale que te haga cosquillas de repente ¿escribirás algo gracioso?)?

 

9. COMO SI TU VIDA DEPENDIERA DE ELLO

Catherine Nieto

Durante una hora o dos o tres ¡o todo el día!: escribe como si tu vida dependiera de ello, casi como si fuera respirar. Define intervalos y duración: Escribir algo cada 30 segundos durante 10 minutos. Escribir algo cada dos minutos durante 30 minutos. Escribir cada media hora durante 5 horas (estés en donde estés). Escribir cada media hora en las próximas 24 horas… mientras estés despierto.

Algunas variantes pueden ser: escribir sin parar durante un minuto, dos, tres, 10, ¿cuánto tiempo aguantas? Escribir una historia o escribir espontáneamente todo lo que se te venga a la mente una combinación de ambas.

Entonces: escribir cada vez que puedas y en todos los lugares que se te ocurran (en tus cuadernos, en tu brazo, en un boleto, en el cartón de alguna caja, en el periódico…). ¿Sobrevivirás? Respeta las reglas que establezcas para que sea divertido y realmente sientas un poco de presión al estilo misión imposible.

¿Y QUÉ TAL SI…?

¿Sólo mientras estés despierto? También respiras durante la noche: ¿y si pones el despertador y escribes en intervalos de tiempo en la madrugada? Intenta no despertar a nadie… a menos que te interese registrar sus reacciones.

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10. ESCRIBE LO PEOR POSIBLE 

Michelle Fonseca.

Escribe un cuento corto de una página de alguna forma en la que consideres que estaría mal escrito. Es decir, lo peor posible: sin signos de puntuación o con los signos mal puestos, con faltas de ortografía, conjugando mal los verbos… ¡libérate de las reglas! ¿Qué tipo de historia salió? ¿Se entiende algo o más bien te provoca una sensación divertida y ya?

Puedes hacer otro ejercicio con fallas más moderadas para que sí se entienda bien el cuento que quieres contar. Luego se lo das a tus papás, les dices que acabas de escribir la obra de tu vida y les agradeces por invertir en tu educación. 😉

¿Y QUÉ TAL SI…?

Una variante es que lo escribas mal pero disimuladamente y luego se lo des a un compañero para que lo lea y le pidas que te lo corrija. Será divertido notar los errores pero… ¿se dio cuenta de todos? ¿Encontró algunos que tú no creías que fueran un error? Compara tu escrito mal escrito con uno bien escrito, ¿cuál te gusta más?


TE RECOMENDAMOS…


Tu vida en un libro

Rebecca Beltrán, Montena

Si te parece que la vida es absolutamente extraordinaria o justo si crees lo contrario y andas medio aburrido, te va a encantar este libro-diario-bitácora de vida. En él registrarás pasado, presente y futuro: ¿te acuerdas quién fue tu primer amigo? ¿cuándo fue la última vez que te dio un ataque de risa?, ¡diseña tu propio blog!, haz el menú del restaurante de tus sueños, califica a tus maestros, crea un playlist para tu próxima fiesta y marca en el mapa todos los países que quieras visitar algún día. Una ventaja de este libro es que lo puedes abrir en la página que sea y cada vez que quieras y siempre te levantará el ánimo. Si eres fan de Destroza este diario o Cómo ser un explorador del mundo de Keri Smith (que reseñamos aquí), seguro también te enganchas con este. 


 

Ilustración de portada: fragmento de «Conejo apocalíptico» de Carmen Segovia para Nobrow. ¡Gracias Carmen por prestárnosla!

Y gracias a Janeth Silva Cruz, Axel Uriel González, Michelle Fonseca, Catherine Nieto y Frann Peraza, miembros del Consejo Editorial de Linternas y bosques, y a Áurea Xaydé Esquivel, lideresa del Consejo, por sus fantásticas y delirantes ilustraciones. 

#mediadores

 

31 Comentarios »

  1. Me encontraba encasillada con las ideas para motivar a la escritura, justo ahora encuentro tus ideas y son geniales. Me gustaría mostrarte mis resultados de tus ideas. Gracias por compartirlas.

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