Son tal para cual. Quieres abrazarlo y que te cuente todo lo que hay en sus páginas. 15 libros para enamorarse… o para enamorar: como declaraciones o cartas de amor, para leer en voz alta o en susurros… o quizá también para olvidar y volver a empezar.

 

La Distante

Alberto Chimal. Ilustraciones de Elizabeth Builes. Ediciones El Naranjo, 2018

Entonces la vio, pequeña, muy lejana, alumbrada apenas por las luces de la noche.
Era una joven, allí, en medio del desierto.
Estaba inmóvil, de pie, con los brazos extendidos hacia él…

Él era Manek, un vigía de ojos milagrosos que podía ver más lejos y con mayor agudeza que nadie en aquella ciudad amurallada del desierto. Ella era Akundi, la Distante, la Maldita. Una joven bajo el encantamiento terrible de un dios, condenada a estar lejos de todo, para siempre. 

Cuando la descubre, Manek no podrá dejar de verla, de leer sus labios que le cuentan y sonríen. Sin ojos para nadie más, cometerá una falta, será desterrado, pronto considerado también un maldito. Uno que recuerda bien, sin embargo, lo que le contaron sobre la Distante: si alguien consiguiese alcanzarla de alguna forma, la liberaría de su condena.

Un cuento clásico como extraído de Las mil y una noches o de un viejo volumen de cuentos de hadas árabes, que pareciera haber sido contado en voz alta en un campamento de beduinos, alrededor de una hoguera, pero fue escrito con maestría por un mexicano en este siglo que, con sus palabras, te transportará hasta unos tiempos legendarios para inspirar cercanía a los amores distantes. Como él, te recomendamos a otras narradoras que han escuchado el viento del desierto con el mismo tono y efecto hechizante: María Teresa Andruetto con Huellas en la arena y Verónica Murguía con Auliya.

 


Mi vida ahora

Meg Rosoff. Ediciones SM, 2006.

Daisy, una joven neoyorquina de 15 años, insegura y obsesiva, cuenta en primera persona el verano que pasó con sus primos en Inglaterra. Su voz es palpitante, irónica y honesta. Agradece que su tía se haya marchado al poco tiempo de su llegada, porque su presencia hubiera sido “inconveniente” para liberar la obsesión sexual que tiene con Edmond, su primo psíquico y fumador de 14 años.

La novela, adaptada al cine en 2013, fue la exitosa entrada al mundo editorial de esta autora. En un espacio idílico –una casa de campo, rodeada de bosques y ríos cristalinos, sin adultos a la redonda–, Daisy se enamora y descubre su deseo mientras estalla una Tercera Guerra Mundial que la separará de Edmond. De manera ejemplar, Rosoff muestra la realidad desde los ojos del adolescente que se siente en un limbo, transmite el pánico de la guerra para hablar del pánico del crecimiento, sin moralejas obvias, ni finales felices para todos.

 

 

Los años terribles

Yolanda Reyes. Norma, 2000.

Para mí no ha sido fácil ser niña. No sé qué es lo que tanto envidian los adultos de los niños. Siempre me ha pasado lo contrario: envidio a los adultos, que ya tienen la vida para ellos y no tienen que pasársela de aquí para allá pidiendo permisos para esto y lo otro.

Sentirás que conoces a estas tres jóvenes, Juliana, Valeria y Lucía, tres primas que van contando alternadamente sus vidas, como si fueran tres diarios trenzados en una sola novela. Dejan pronto la niñez para entrar a la adolescencia y hacia la vida adulta. Sus voces se expresan sin censuras, en resistencia, denunciando las injusticias de sus padres (A veces me parece que, en vez de hija, soy su osito de peluche), sus dudas y miedos, sus deseos, sus primeros amores.

Juliana debe decidir si continuar con Juan Esteban, su «noviecito», de toda la vida o aventurarse con ese nuevo chico que nadie le recomienda: Juan Esteban me toma de la mano y salimos solos al jardín. Se acerca para besarme y de repente me parece ridículo, con su cara de niño bueno metida por equivocación en ese cuello con corbata, y le digo que hoy no… 

Valeria va contracorriente, desde chica sabe que no le gustan los hombres: Yo sólo sabía que Gabriela era mi mejor amiga, que se había hecho parte indispensable de mi vida y que yo también era parte de la de ella. Por eso hice todo lo que estuvo en mis manos para que nadie nos separara. 

Y Lucía, debe acomodarse a los amores de otros, aceptar a la nueva novia de su papá y reconciliarse con su mamá, que parece haber elegido entre tener al amor de su vida y tener una familia: Pensé que la vida de cada persona dependía de cosas tan absurdas como de una pelea, o del viaje de Ignacio a estudiar a otro lado, o de que papá hubiera aparecido una noche en una fiesta y hubiera invitado a bailar a mamá.

Como ha sucedido con otros libros de esta autora, esta novela se ha vuelto un clásico de la literatura juvenil latinoamericana. Te hará sentir menos solo en esos años terribles de crecimiento. Imprescindible en la biblioteca.

 


El libro de Perle

Timothée de Fombelle. Ilustraciones de Abraham Balcázar. FCE, 2018.

Un beso como revolución, para transformar dos mundos. Inusual y desafiante novela que retoma ese antiguo motivo en obras de fantasía: la prohibición a las criaturas fantásticas de enamorarse de un humano… y sus consecuencias. Ilian es un príncipe que vive en las sombras, siempre escondido como una liebre entre el bosque y un palacete abandonado. Olia es una hada capaz de convertirse en cualquier animal, de secar los lagos y más… Ilian y Olia se conocerán casi por accidente y empezarán a imaginar una vida compartida.

La felicidad habría podido durar eternamente. Cada quien estaba habituado a su existencia clandestina. Se parecían un poco. Rara vez hablaban: escuchaban el viento, la respiración de la tierra. A veces, en días de tormenta, caminaban uno al lado del otro, incluidos hacia delante como si empujaran enfrente de ellos un muro de aire y lluvia. Después encendían grandes fogatas para entrar en calor. No les habría sentado nada mal hacerse olvidar del resto del mundo. Y aun el reino ensangrentado que asediaba al bosque y al lago, no existía para ellos.

Pero el hermano Ilian, también enamorado de Olia, los expulsará a ambos de aquel mundo fantástico para que sufran en el mundo ordinario, el nuestro, con una maldición: la de nunca encontrarse. La única forma de volver a estar juntos será regresando a su reino, peligrosa misión. Además de mantenerte leyendo con la tensión a tope, el autor usa mucho la elipsis, por lo que hay que ir atentos, y los capítulos van hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, develan de a poco, como capas que se levantan, los misterios de la trama. Tiene, en efecto, una estructura y prosa complejas, pero sumamente cautivantes.

A pesar del dolor, sentía intacto su amor (…). Ni la más mínima grieta en ese amor loco. Amaba a Olia como el primer día. Sin embargo, se había marchado y no podría volver jamás…

 

 

El mar es redondo

Sylvie Neeman y Albertine. Amanuta, 2016.

Tina y Antonio son novios y trabajan en un barco. Pero no es el mismo. Tina es camarera, ordena los camarotes, hace las camas, limpia las ventanas. Antonio es cocinero y se pasa el día pelando zanahorias, cortando calabacines, picando perejil. Se conocieron en un puerto. Sus dos barcos estaban anclados uno al lado del otro. Ellos estaban allí, en el muelle, mirando al mar; mirando a la gente con sus maletas y sus sonrisas; muy cerca el uno del otro. Intercambiaron un par de palabras, una dirección y desde entonces iniciaron su noviazgo por carta. Pero a Tina ya no le bastan las cartas y Antonio tomará una decisión para que, al fin, naveguen juntos.

Un libro como una carta de amor y para dar un paso más cerquita del ser amado. Aunque fue pensado para niños y niñas lectores que empiezan a enamorarse, es un libro sin edad, que inspirará a chicos, medianos y grandes.

 


Los caminos del juglar

Daniel Rabanal. Selección de Romances de Beatriz Peña Trujillo. Babel Libros, 2018.

Es muy poco frecuente encontrar un libro así. Viajarás al medievo para escuchar los cantares, romances, de uno de los artistas callejeros más antiguos: el juglar. A su paso por aldeas y ciudades amuralladas narra y entretiene, hace memoria y conmueve, inspira enamorados y hace aplaudir a los niños. Acompañado de su laúd o su flauta, arriba de su burrito, entre pastores, damas, condes y reyes, el juglar que protagoniza este libro vivirá también su propio romance ilustrado… y librará uno que otro susto:

Yo me estaba reposando anoche como solía / soñaba con mis amores, que en mis brazos se dormían. / Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría. / ¿Por dónde has entrado, amor?; ¿por dónde has entrado, vida? / Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. / No soy el amor, amante; la muerte que Dios te envía…

Para leer en voz alta, cambiar de siglo y enamorarse con la música de otras palabras. 

 


Aura

Carlos Fuentes. Ilustraciones de Alejandra Acosta. Libros del Zorro Rojo, 2017.

Te toma entre los brazos y canturrea esa melodía, ese vals que tú bailas con ella, prendido al susurro de su voz, girando al ritmo lentísimo, solemne, que ella te impone, ajeno a los movimientos ligeros de sus manos, que te desabotonan la camisa, te acarician el pecho, buscan tu espalda, se clavan en ella…

Seguramente la edición más exquisita que existe de la novela corta más leída de este autor, cuya trama de amor terrorífica forma parte del imaginario mexicano. Quizá escuchaste hablar de ella porque también se hizo eco como «libro prohibido». Las escenas de sexo fantasmagórico horrorizaron a Carlos Abascal, Secretario del Trabajo en 2001, que lo consideró “inapropiado” para jóvenes de tercero de secundaria, como su hija, y provocó que corrieran a la maestra de literatura que se los había mandado a leer.

¿Por qué no tienes el valor de decirle que amas a la joven? ¿Por qué no entras y le dices, de una vez, que piensas llevarte a Aura contigo cuando termines el trabajo? Avanzas de nuevo hacia la puerta; la empujas, dudando aún, y por el resquicio ves a la señora Consuelo de pie, erguida, transformada, con esa túnica entre los brazos: esa túnica azul con botones de oro, charreteras rojas, brillantes insignias de águila coronada, esa túnica que la anciana mordisquea ferozmente, besa con ternura, se coloca sobre los hombros, para girar en un paso de danza tambaleante.

Las ilustraciones de Alejandra Acosta te transportarán al interior de una casona victoriana rasgada por el tiempo, en donde anatomía y botánica se cruzan para crear escenas inquietantes, como grabados traídos al presente con detalles en color rojo o verde. Otro libro ilustrado por Acosta que te fascinará es La cámara sangrienta de Angela Carter, reescritura de cuentos de hadas clásicos con una carga de erotismo más explícita.

—Me querrás siempre? 
—Siempre, Aura, te amaré siempre.
—¿Siempre? ¿Me lo juras?
—Te lo juro.
—¿Aunque envejezca? ¿Aunque pierda mi belleza? ¿Aunque tenga pelo blanco?
—Siempre, mi amor, siempre.
—¿Aunque muera, Felipe? ¿Me amarás siempre, aunque muera?

 


Primer amor

Iván S. Turguénev. Ediciones Castillo, 2018.

Mi primer amor pertenece, en efecto, a la categoría de los poco habituales. Vladímir Petróvich Voldemar, mejor conocido como monsieur Voldemar, un joven ruso de clase alta de dieciséis años de edad, cuenta las venturas y desventuras, razones y sinrazones, de su primer enamoramiento.

Algo tiene de relato detectivesco a la Edgar Allan Poe, su contemporáneo, pues en algún punto el joven se obsesiona con descubrir a quién sí corresponde con su amor Zinaída, la chica de la que se ha enamorado. No podrá creer de quién se trata y cómo puede ser que ella lo ame.

Una de esas novelas de iniciación o Bildungsroman, quizá una de las primera novelas «juveniles» de la historia. Me hizo pensar en otro libro contado en primera persona y protagonizado por otro joven de dieciséis: La prosa del Transiberiano y de la pequeña Juana de Francia de Blaise Cendrars con ilustraciones de Javier Zabala en la edición del FCE, también te encantará.

 


El submayordomo Minor

Patrick deWitt. Anagrama, 2018.

Lucien Minor o, simplemente, Lucy, es un joven despechado de 17 años al que la muerte parece haber dado otra oportunidad. En lugar de llevárselo a él, se lleva a su padre. Este hecho lo hace desear algo más que su vida aburrida. Después de todo siempre ha sentido que el pueblo le queda chico. Pide ayuda a un sacerdote amigo quien escribe a todos sus conocidos para ver si alguien quiere darle algún empleo. Sólo uno responde, el mayordomo del enigmático castillo Von Aux, quien le ofrece el puesto de ayudante de mayordomo.

Lucy acepta la oferta, una decisión que condujo a un montón de cosas, incluidos, aunque no solo, el amor verdadero, el más amargo desamor, el puro terror espiritual y un poderoso impulso homicida.

Su aventura delirante llena de personajes excéntricos, a la Wes Anderson; humor absurdo, a la Lewis Carroll; situaciones más propias de la comedia física o de pastelazo, a la Chaplin; y diálogos ágiles, irónicos, desproporcionados que te harán reír y sentir que están todos locos. Pero, a fin de cuentas, Lucy seguirá convencido de que se siente mejor sentirse amado e intentará conseguirlo, contra todo pronóstico de normalidad.

 


Algunas primeras veces

Ana Romero. Edelvives, 2019.

Leer será como escuchar. Esta narración fluye ligera, divertida y franca, como la voz de una amiga que te cuenta cómo pasó el verano en casa de su abuelo. Y aunque la vida no es tan animada allí y extraña a sus amigos y su rutina, también experimentará por primera vez mucho de lo que pasa cuando queda atrás la niñez… y cuando llega un enamoramiento inesperado. Inés y Ernesto: dos mundos muy distintos a punto de colisionar y un verano por terminarse.

Me propuse que, aunque nuestro amor eterno hubiera durado apenas tres semanas, ambos lo recordaríamos por muchos, muchos años.

El tono de la narración es crítico con lo que se supone debe hacer una chica que no entiende a sus papás y quiere conquistar un lugar propio en la sociedad más allá de las etiquetas y roles sexistas. La novela fue rescatada por Edelvives de un catálogo que la había olvidado y seguramente sumará más lectores adolescentes a los muchos que ya la tenían entre sus favoritas. Te hará sentir comprendido o comprendida.

 


Lo que guarda un caracol

Paula Bombara. Loqueleo, 2016.

Una historia con muchas historias de amor, amistad, ciencia y sus diferencias.

Reproducción

En cuanto a la reproducción,
los sexos de los caracoles suelen estar separados.
Hay machos, hay hembras,
pero también hay hermafroditas.
El conocimiento de los ciclos reproductivos
es un componente básico
para analizar cualquier estudio
de los cambios en las poblaciones de gasterópodos.
(Mirko / día 23)

En el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada de la Universidad de Buenos Aires hay un laboratorio en el que se diseccionan más que moluscos y otros «bichos», renglón a renglón, descritos con precisión de bisturí y calidez de venda, se muestran los personajes. Se trata del laboratorio universitario del doctor Fernando Plazas. Allí conviven dos becarios investigadores: Alejo y Agustina, una estudiante recién incorporada: Lucrecia, y Mirko: un chico que ha estado en la vida del doctor Plazas desde que era muy pequeño y ya miraba el mundo con reglas propias. Pero estos dos miembros nuevos del equipo de investigación aportan un movimiento que revelará lo que cada uno guarda y, aunque duden, harán un importante descubrimiento científico.

La novela es muy rica en recursos literarios, con una original mezcla de lenguaje científico, prosa poética, diálogos juveniles y monólogos interiores fuertemente psicológicos, y con una estructura de capítulos breves, fichas o notas de investigación, flashbacks y narraciones desde las diferentes perspectivas de los personajes. Todo ello te hará mantener el interés en las revoluciones personales detrás de esa puerta de laboratorio.

Alejo, por ejemplo, sufre porque su esposa y él no pueden embarazarse: Alejo estaba profundamente enamorado de su mujer. Estaban juntos hacía cinco años y hacía dos que intentaban tener un hijo. ¿Por qué se les complicaba tanto lograrlo?, ¿por qué las putas células no se juntaban de una vez? Hacía meses que en el pecho se le venía formando un huracán. La presión por momentos era insoportable; las miradas de sus padres y las de sus suegros; la lástima disfrazada de palabras: “Ya va a llegar, no te preocupes”. Si hasta los embarazos de los amigos habían comenzado a molestarle. Ni hablar del llanto de Viviana todos los meses y de la amargura de no saber qué hacer…

Lucrecia, al contrario, no quiere tener hijos, y su novio sí, él quiere un ancla, ella quiere descubrir más: 

Mientras esperaba el colectivo sonó su celular.
Era Luciano. Estaba en la puerta de su edificio esperándola.
Le reprochó las llamadas perdidas pero también le dijo que ya estaba acostumbrado a eso.
Ella no supo cómo decirle que quería estar sola.

 


Los amantes

Oliverio Girondo. Ilustraciones de Mo Gutiérrez Serna. Libros del Zorro Rojo, 2018.

Se miran, se presienten, se desean, / se acarician, se besan, se desnudan…

Parece un juego este listado de verbos y de emociones por los que pasa el tiempo o se detiene. El poema número 12 de Girondo cobra aquí una nueva vida con las ilustraciones de Mo Gutiérrez. A veces, un color de fondo como manta o como cama para la pareja dibujada con una sola línea o con gruesos brochazos que se superponen. Color y línea se besan como los amantes.

Si nunca lo has leído, no tardes más a la cita: este poeta argentino, con gran sentido del humor, vanguardista, renovador de las formas, «el primer surrealista de las letras del Río de la Plata», tan querido que, después de morir, para despedirlo, sus amigos le escribieron: A veces rotundo / a veces muy hondo / se va por el mundo / girando, Girando.

 

 

Chocolate amargo

Mirjam Pressler. Ediciones Castillo, 2018.

A Eva le fascina el chocolate y el pan con mantequilla, leer en los recreos y sacar buenas calificaciones. Tiene quince años y desearía ser más delgada, pues parece que la vida es fácil para su compañeras flacas. No espera que nadie guste de ella nunca y quizá sea mejor que siga así, solitaria. Ni siquiera con su familia habla demasiado. Pasa el día consigo misma… hasta que un chico amigable, libre y divertido, Michel, le habla y la hace sentir aceptada. 

Él la tomó de la mano y la hizo oscilar de un lado al otro siguiendo el ritmo de la música. De pronto, volvió a sentir lo mismo que en Año Nuevo, sólo que aún mejor. Eva rio y sacudió la melena, los largos cabellos sueltos; olvidó su cuerpo y bailó.

 


Dido para Eneas

María García Esperón. Ilustraciones de Omar Urbano. Ediciones El Naranjo, 2014.

La reina de Cartago, Dido, se enamora del héroe Eneas por un ardid de Venus y Cupido. Ello provoca tal fervor en Dido que no podrá soportar la partida de Eneas. Y aunque él no la escuche, ella le habla antes darse muerte para recordarle la historia de amor que vivieron: Y de alguna manera el olor, el viento, la hoja, la huella… te entregarán puntual e inmisericorde el hilo de estos recuerdos que en la aguja de la muerte enhebra, en su noche última, estas palabras.

Un impresionante regreso a la Eneida de Virgilio y, sobre todo, una escritura derivada de las Heroidas, de Ovidio, aquellas cartas de amor que imaginara el poeta romano hace más de 2 mil años para dar voz a heroínas como Penélope, Fedra, Medea, Helena y, también, Dido. Ellas escriben cartas a sus amados guerreros desde el despecho, la tristeza y el abandono pero en una primera persona que les devuelve protagonismo. Poema de Ovidio extendido en prosa poética por García Esperón que nos acerca más a la clásica historia y que en 2016 fue reconocido en la selecta Lista de Honor de IBBY, con muy justa razón. Curiosamente otro de los tres únicos libros mexicanos que reconoció IBBY Internacional ese año fue la extraordinaria traducción de Darío Zarate de las Heroidas (Castillo, 2015).

 


La mujer tatuada y otros cuentos de amor

Ray Bradbury. Ilustraciones de Eva Sánchez Gómez. Ediciones Ekaré, 2018.

Tres de los cuentos más originales, mejores escritos (y traducidos) que haya leído nunca.

Cecy, una joven bruja que desea enamorarse (y puede vivir dentro de cualquier cosa: un guijarro, una hebra de azafrán, una mantis religiosa),una noche primaveral entra al cuerpo y a la mente de Ann, una muchacha de 19 años, y logra manipularla para que acepte ir a un baile con Tom. Pero el poder de Cecy para permanecer dentro de Ann no dura mucho, ¿le dará tiempo de darle un beso a ese chico y decirle que ya lo ama?

Un viejo farero cuenta a uno joven extrañas historias de mar (¿Inspiraría levemente la película «El Faro» de Robert Eggers?). Desde el faro que alumbra y emite un sonido largo y triste ha visto a llegar a una criatura marina, siempre una misma noche, que pareciera responder al llamado de amor de aquella torre con un ojo brillante. Esa noche está por llegar y ambos serán testigos de la desesperación del monstruo solitario.

Y finalmente, la inolvidable mujer tatuada que un día asiste a consulta con un siquiatra para confesarle su atípico amor y problema: no hay más espacio en su cuerpo para que su pareja la tatúe y teme que su relación se acabe. Se conocieron en una feria, él un pequeño hombre, de unos 90 centímetros, ella una mujer inmensa de unos 200 kilos: fue amor a primera vista. ¿Por qué? Porque he estado buscando a alguien como tú toda mi vida. Noche tras noche, verano tras verano… le dice él, que deseaba conocer a una mujer a la que pudiera confiarle su gran don artístico.

De la cuidada colección Amor y Susto de Ekaré, un libro pequeño e inmenso.

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Entrada No. 193.
Autor: Adolfo Córdova
Ilustración de portada de Eva Sánchez Gómez.
Fecha original de publicación: 12 de enero de 2020. #Librosdeamor


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